Hay algo característico de la sociedad posmoderna dice Florencia Angiletta en su libro zona de promesas, plantea que “asistimos a una época que no procesa el conflicto, sino que pretende expulsarlo y cargarle al otro”.

Hoy en día se habla mucho de las relaciones tóxicas. A proposito de ellas voy a abordar un término que suena muchísimo en los consultantes y que también ha sido tema de debate entre colegas, y es la famosa “responsabilidad afectiva”. Unos abogan por ella y la exigen como condición para una relación, otros y creo que esto último está más del lado de colegas que dicen que es un término sin pies ni cabeza. Yo no me voy a ubicar en ningún bando, pero sí creo que es un síntoma de la época, es decir es algo que pasa y punto no es bueno ni malo pero vamos a analizarlo. La responsabilidad afectiva, lo que pone en evidencia es que hay algo que pasa ahora y que antes quizás no pasaba tanto y que tiene que ver con la dilución del compromiso, si entonces la gente ahora anda pidiendo a gritos responsabilidad afectiva es porque hay algo del compromiso que se quedo sin lugar en la escena. Y claro, con eso voy a saltarme al tema del poliamor y las relaciones abiertas el otro dia a las afueras de un bar había un escrito en un poster como propaganda del mismo bar que decía “monogamy is overrated”, más allá de mi opinión al respecto que creo que no es relevante, me pareció interesante como se piensa ahora al menos acá en europa, creo que en latinoamérica es un poco menos pero existe igual ese discurso.

Es interesante cómo juegan la responsabilidad afectiva y las relaciones abiertas porque si lo pensamos un poco más allá lo que se está planteando, a veces, es querer tener parejas simultáneas, sin tener que vivir ningún tipo de conflicto en relación a tener parejas simultáneas osea la gente en definitiva no quiere “el mal trip” como se dice en ecuador, solo queremos buen trip, yo me pregunto si ¿eso es algo ingenuo o si es realmente posible?

Si hay algo en lo que puedo dar fe de mis consultantes jóvenes es que por lo que la mayoría de las personas sufren en relación al amor es porque no terminan de estar seguros si el otro está o no está. Un tema central de las consultas hoy en dia y mis colegas no me dejarán mentir, es el miedo a la infidelidad, pero es una infidelidad distinta a la de antes porque ahora las parejas simultáneas ya entran a una misma escena. Ya ven maluma dice “si con otro tu te vas yo te acepto el trato y vamos a ser felices los 4” que letra que nos entrega para analizar maluma por dios. El miedo en relación a la infidelidad de hoy en dia tiene que ver con ser descartado, con pasar a no importarle nada al otro dentro de ese trato, “somos ajenos y así nos queremos” dice también maluma.
Para amar hace falta mirarse, y si estamos nada más mirando y señalando al otro, difícilmente podremos vincularnos. Unos dicen que la pareja nos tiene que cuidar, en eso estoy de acuerdo, pero ¿de qué hay que cuidar?

Hay que cuidar al otro de uno mismo. De nuestros miedos, de nuestros conflictos, de nuestras inseguridades y eso es un trabajo personal que no le corresponde a nadie más que a uno mismo.
Algunos crecimos con el discurso de que con amor todo es posible. Pero la realidad es que, nunca un ser humano podrá curar una herida que no le pertenece, en este mundo nadie salva a nadie. Es triste, pero es cierto. La pareja solo funciona entre dos que aprendieron a ser felices por sí mismos.
El otro día en instagram esas frases de autoayuda que circulan, una frase que decía “si duele no es amor” ¿enserio vamos a ser tan ingenuos de pensar que el amor no duele? El amor duele, obvio que duele no podemos ser una generación que pretenda vivir sin heridas.
A veces alguien que nos quiere dice algo que nos lastima. Usualmente solemos tomarnos como personal lo que nos dijo y nos sentimos agredidos ¿Cómo no tomarnos personal algo que nos dicen a nosotros? Esto es complejo de explicar, Luciano Luterau lo explica muy claro y dice que algo puede ser “con nosotros” pero no para nosotros. Tiene que ver con lo que representamos en el otro. Es por eso que a veces tenemos que soportar que a través del amor alguien exprese sus conflictos y frustraciones. Se preguntarán ustedes ¿por qué tengo yo que aguantar los conflictos y frustraciones e inseguridades del otro?

Pues la respuesta es muy fácil, porque alguien soporta la nuestra.