¿Por qué tengo que aguantar los conflictos e inseguridades del otro?

02.

“Sientete suficiente, siéntete merecedora”

¿si, será?

Estas frases de autoayuda que leo cada vez más seguido me hacen mucho ruido.
¿por qué estamos buscando ser suficientes?

Desde la psicología, más puntualmente desde el psicoanálisis sabemos que los seres humanos estamos en falta por estructura, es decir estamos incompletos, por ende somos “insuficientes” y eso no es malo al revés es lo que da lugar al deseo que es lo que nos levanta cada mañana a buscar “aquello que nos falta”, porque si tengo todo entonces para que me levanto cada mañana?
Pero qué pasa, que ingenuamente pensamos que algún día aquella completud va a llegar. No señores, el momento que llega vamos a desear otra cosa, así somos, así mismo es la cosa.

Por eso cuestiono este tema de sentirnos suficientes o no suficientes, porque el objetivo de la vida no es la suficiencia. La realidad es que no somos suficientes ni lo vamos a ser, porque no nos corresponde serlo así mismo como no nos corresponde exigir una “suficiencia” que responda todas mis demandas y mis faltas y que nunca me haga sufrir.

El problema es que nadie nos enseña a lidiar con la falta. Psíquicamente no somos capaces de estar completos porque tenemos una falta estructurada, una falta que nos permite desear estar vivos, por eso todos somos neuróticos, and that’s okaaaay, estamos todos un poquito locos, and thats´s fineeee. El tema es aprender a vivir con ello, y tener mucho cuidado con esos mensajes “psico románticos” o mas bien dicho “psico engañosos” que nos hacen pensar que la vida y la persona perfecta existe, llevándonos a sentirnos más solos por no conseguirlo.

Asi que ojito con eso, más bien, bienvenido lo bonito y lo no tan bonito, bienvenido el mal trip y el buen trip, ese es el encanto de estar vivos, ¿no?

terapeuta: “¿y porque no le dijiste?”
paciente: “porque me da miedo que me diga que no”
terapeuta: “y qué pasa si te dice que no”
paciente: “no sé, me da miedo que se asuste y l@ pierda”

Voy a decir que este diálogo es uno de los más repetidos en consulta. Hay dos características importantes en este enunciado. La primera, la dificultad de mostrar los sentimientos, el miedo a quedar expuestos mostrando una suerte de “vulnerabilidad”. Pero, no es ahí donde me voy a detener, sino en la segunda, en el miedo al rechazo, a llevarse una desilusión, a perder algo.
Vivimos haciendo pedidos, exigencias, reclamos disfrazados en lo que no es, entonces recibimos a cambio lo que no buscamos, todo por el miedo a perder, sin darnos cuenta que ese miedo nos mantiene en una constante pérdida, en un constante desencuentro con el otro.

Fantaseamos constantemente con un “para siempre”, la necesidad de perpetuar una relación hace que quede oculto el verdadero deseo del sujeto. Entonces, qué pasa, el sujeto se encuentra todo el tiempo con su propia imposibilidad de no poder tenerlo todo, y con ello no poder decir su verdad. La angustia en realidad no está en el miedo al “no”, sino en no poder nombrar el verdadero deseo. Actuar en función del miedo de que un vínculo termine, paradójicamente lo lleva a su fin.

¿Me pregunto si las desilusiones se pueden evitar? La respuesta es: se pueden posponer, mas no evitar. Pero lo importante es habilitarnos a la desilusión, mirarla de frente para ver qué nos quiere contar. Ahí está el aprendizaje, solo ahí viene la ganancia. Bien decía Facundo Cabral “ el que no está dispuesto a perderlo todo, tampoco está dispuesto a ganar”.